Héctor Renteria: 2015

Texto de Manuel Guerrero respecto a la intervención realizada en colaboración con Claudia Cisneros en el espacio de Bikini Wax.

La pintura comienza y termina

Un punto podemos entenderlo, en términos visuales, como la unidad mínima de algo cuya presencia se muestra al ojo, pero la cuestión del punto rebasa esta dimensión para valorarse en términos conceptuales: en lo que denominamos realidad no podemos señalar un punto. Vertemos esa abstracción de algo totalmente tipificado en objetos, por ejemplo, una estrella, una tachuela en un mapa, una mota de polvo en la pantalla de nuestra computadora, etc. O por otro lado, en ideas que refieren a un inicio del cual se perfila a un organismo más complejo: el Big bang, el Ser, la teoría del caldo de vida procarionte postulada por Oparin, ritmos con troncos y palos.

En un momento histórico en el que todo se presenta como ya visto y la posibilidad de innovación es entendido como una pretensión moderna, cuando las imágenes proyectadas en pantallas Ultra- HD se vuelven la aspiración a vencer en cada caso – ser más ambiciosa en cuanto a complejidad en la construcción de la imagen y sus detalles- el punto, volviendo a su consideración como un elemento constitutivo de muchas de las referencias que enunciamos, por su volátil formalidad y sencillez, es un problema que abre los signos de interrogación e invita a preguntarse ¿Qué es lo que puedo encontrar si se decidiera volver al inicio?

En la intervención realizada por Claudia Cisneros y Héctor Renteria en el espacio de Bikini wax, se plantea el problema de la pintura desde su aspecto, acorde a lo comentado por Renteria, más elemental: el color. Distanciada del problema de la mímesis y de una tradición consolidada, la pintura juega aquí un papel como vínculo temporal entre pintor (actor que realiza el acto pictórico) y público.

Una reflexión en torno al acto mismo de pintar se vuelve la pieza clave de esta exposición. Este back to basic echa una mirada a las manifestaciones pictóricas más antiguas en cavernas de las que , por ejemplo, la cueva de Altamira o la de Lascaux, son un gran ejemplo, sin embargo, más allá de la cuestión representativa que se puede advertir en estos registros, estas imágenes visuales muestran un interés en la identificación; el conocimiento no logocéntrico del entorno y las formas de vida que lo habitan. A través de un convenio simbólico, la representación de ciertos animales implicaba una apropiación de los mismos.

Renteria, en un ejercicio similar, se apropia y conoce el espacio de Bikini Wax por medio de nada más que sus manos y algo de materia pictórica. Vendado de los ojos, sus dedos construyen una imagen visual prescindiendo de este sentido. El resultado visible, lo que podríamos llamar la pintura, se compone de una serie de manchas, gestos, etc. El propósito de describir el resultado de esta acción es subrayar cómo aquí la pintura significa la temporalidad del acto.

A la par que se vincula con la acción ya realizada, la pintura retoma su papel como catalizador temporal y condición efímera en el momento en que Claudia Cisneros retira el gesto realizado. En una relación con lo que esencialmente esta referida la música –Un conjunto de sonidos organizados en un cierto tiempo- la pintura recobra el carácter compositivo dada por su condición temporal. La pintura comienza y termina.

A su vez, este acto pictórico, planteado efímero, reconoce su conclusión en un tiempo delimitado al surgir un registro de lo que sucedió. El resultado final, si bien fue en un inicio un proyecto planteado pictóricamente, es un conjunto de fotogramas digitales que sugieren lo ocurrido. Así, la tradición de la pintura -increíblemente marcada en la enseñanza de las artes- que marca la realización de la misma en un soporte bien definido y tensado en un bastidor, no cuadra en la propuesta de Renteria y Cisneros que posibilita un concepción de la pintura distante de la creación de objetos pictóricos y una relación, hasta cierto punto funcional o ad hoc, con el espacio de exhibición de la obra, lejos de la consideración del mismo como un cubo blanco ascético en el cual se disponen piezas prefabricadas en otros contextos.